Los padres pueden solicitar una evaluación de su hijo para determinar cualquier necesidad de educación especial y/o servicios relacionados (por ejemplo, terapia física, ocupacional o del habla/lenguaje). La evaluación puede incluir pruebas psicológicas y educativas, una evaluación del habla y el lenguaje, una evaluación de terapia física/ocupacional y un análisis del comportamiento.
Los resultados de la evaluación determinan la posibilidad de que el niño reciba una serie de servicios en virtud de la ley aplicable. Si se detectan discapacidades o diferencias que reúnan los requisitos, se elaborará un Programa Educativo Individualizado (IEP) o un plan de la Sección 504 (a menudo menos estricto en sus definiciones). Algunos ejemplos de categorías de servicios en los IEP son: Terapia Ocupacional, Fisioterapia, Terapia de Lenguaje y Habla, equipo especializado, y/o la provisión de un ayudante en el aula.
Los padres no determinan si su hijo es elegible según la ley, sin embargo, los padres tienen derecho a participar en el desarrollo del IEP. Además, las conclusiones del equipo de evaluación de la escuela no son definitivas. Usted tiene derecho a apelar sus conclusiones y determinaciones. La escuela está obligada a proporcionarle información sobre cómo presentar una apelación.